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Los padres de una alumna sevillana han denunciado ante la consejería de Educación de la Junta la expulsión definitiva de su hija del colegio por vestir una camiseta con el anagrama de una marca pese a que tal restricción no figura en las normas de vestuario del centro.
En la denuncia explican que el 15 de septiembre el director del colegio privado Julio César abordó a la alumna en el recreo, le afeó "lo mal vestida" que iba y le ordenó que se quitara la camiseta o la volviera del revés. La prenda era rosa pálido, con cuello a la caja y manga corta, y llevaba inscrito Country of Moschino en la parte frontal. La joven llevaba un pantalón marrón de cintura a tobillo.
Aseguran en su denuncia que la alumna, de segundo de Bachillerato, se negó a quitarse la camiseta en el patio, como le exigía el director, porque no llevaba más ropa debajo, por lo que ese día fue expulsada sine die. La denuncia añade que, posteriormente, el colegio comunicó a la alumna su expulsión definitiva según resolución de un claustro de profesores celebrado el 21 de septiembre.
Los padres, a través de asistentes a la reunión, han sabido que se acordó la expulsión por cinco días y que la jefa de estudios "reconoció lo irrazonable" de la medida. Una portavoz del centro ha negado que se votara la expulsión solo por cinco días y ha dicho fue sancionada por reiterado incumplimiento de la normativa del centro, pues la alumna fue readmitida e incurrió en nuevas faltas.
Según la resolución del claustro, la alumna entró a clase tras el recreo pese a estar expulsada, provocando "el escándalo para los compañeros"; luego utilizó su teléfono móvil para llamar a su madre, lo que también está prohibido y a continuación "increpó y persiguió" al director para que tomara el teléfono y hablara con su progenitora.
La resolución del colegio informa de que la jefa de estudios no votó la expulsión definitiva pues acababa de "comunicar su baja voluntaria en el colegio como consecuencia de las agresiones físicas y verbales de padres, coacciones, amenazas y desórdenes públicos promovidos por ellos".
Los padres no descartan emprender acciones penales por privar a su hija del derecho fundamental a la educación, por haber sido expulsada sin un expediente al que poder alegar y porque desconocen, a día de hoy, qué tipo de normativa incumplió con su vestuario. Tras el incidente, la primera semana de octubre, el director comunicó a los alumnos unas normas de convivencia y vestuario, afirman.
La denuncia a la Consejería de Educación aporta un reportaje periodístico según el cual la Asociación de Padres de Alumnos del colegio denunció en el 1999 al director por el contenido "homófobo y racista" de sus clases de religión y filosofía y por expulsar a los alumnos por "nimiedades" y examinarles de "lecciones que no se imparten".
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